El ser humano alcanza la tranquilidad en la medida en que se entiende a sí mismo como un ser que evoluciona, a partir del pensamiento. Para adquirir tal conocimiento, necesita entender que los otros también son el resultado de la evolución del pensamiento. Una vez que desarrolla dicho entendimiento, ve con mayor claridad las relaciones internas de las cosas, por la acción de la causa y el efecto y cesa su agitación, su enfado, su preocupación y su congoja, permaneciendo en equilibrio, inalterable y sereno.
El ser humano, luego de haber aprendido a como gobernarse, sabe como adaptarse a otros. Estos, a su vez, respetan su fortaleza espiritual y sienten que pueden aprender de él y confiar. Cuanto más tranquila sea una persona, mayor es su influencia y su poder para hacer el bien.
Un ser humano fuerte y calmado es siempre amado y estimado. Es como un árbol que brinda sombra a la tierra sedienta o una roca, tras la que poder resguardarse durante una tormenta. ¿Quien no ama a un corazón tranquilo y a alguien poseedor de una vida dulcemente templada y balanceada? No importa si llueve o hace sol, o que cambios ocurran en el poseedor de estas bendiciones, pues siempre será tierno, sereno y calmado.
El equilibrio de carácter que denominamos serenidad es la lección final de la cultura; es el florecimiento de la vida, el fruto del alma. El mismo es tan preciado como la sabiduría y debe ser más deseado que el más fino oro.
¡Cuan insignificante se ve aquel que tan sólo busca los bienes materiales, dejando de lado una vida serena; aquella que mora en el océano de
Cuanta gente conocemos que envenena y destruye el equilibrio de sus vidas, arruinando todo lo que es dulce y bello en las mismas, como consecuencia de un temperamento explosivo.
Solo el hombre sabio, aquel cuyos pensamientos están controlados y purificados, logra que los vientos y las tormentas del alma le obedezcan.
A todas aquellas almas sacudidas por la tempestad, donde quiera que estén y sea cual fuere la condición bajo la que vivan, les digo que en el océano de la vida las islas de la dicha sonríen, y que la orilla soleada de su ideal espera su venida.
Mantén la mano firme sobre el timón de tus pensamientos. En la barca de tu alma se reclina el Maestro al mando tan sólo está dormido,despiértalo!
El control de ti mismo es poder; el pensamiento correcto es maestría, la calma es poder. Repite dentro en tu corazón:
¡Que
Imágenes Alain Donnat
2 comentarios:
Encantadoras imágenes para un texto estupendo y lleno de verdad.
Que la paz sea conmigo... y contigo, amiga, que somos Uno
Biquiños
Gracias por tu post. Hoy había perdido la serenidad de la que hablas...y ya la volví a encontrar!
A veces se me escapa, pero no muy lejos...felizmente puedo recuperarla.
Sabes ilustrar cada párrafo con la imagen que necesita!
Un beso, amiga.
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