El jardín secreto
El "jardín secreto" es la historia de la redención de dos desgraciados niños que hallan consuelo en la Madre Naturaleza. A medida que cuidan de un jardín abandonado, oculto entre muros de piedra, la restauración del mismo se convierte en una hermosa metáfora sobre la redención de los niños.
Poco después de comenzar a explorar y experimentar con los principios de la vida simple en cuanto a vehiculo creativo para alcanzar la serenidad y la plenitud, tuve un sueño maravilloso. Una mano invisible me guió hasta un viejo jardín rodeado de una tapia y me mostró una llave dorada que yacía en el sendero. Cuando giré la llave en la pesada puerta de madera ésta se abrió para revelar un erial cubierto de hierbajos y naturaleza. Estaba muy oscuro, pero al entrar había una arcada que daba al jardín más fantástico que había visto en mi vida, bañado por la luz del sol. Curiosamente, me resistía a abandonar el desolado jardín que tenía a mis espaldas para penetrar en el Paraíso. Algo, como una mano oculta entre la maleza, me impedía avanzar. Al fin, conseguí traspasar la arcada. Al hacerlo, el erial desapareció y me vi rodeada solo por la belleza y la abundancia y experimenté una gran dicha y serenidad.
El maravilloso jardín representaba la abundancia en mi vida y el erial mis pensamientos de carencia. En nuestras vidas existen simultáneamente la abundancia y la carencia como realidades paralelas. Nosotros decidimos libremente que jardín secreto deseamos cuidar. La maleza invisible que impide avanzar son nuestros pensamientos . Cuando decidimos no pensar en lo que falta sino en la abundancia de que gozamos - el amor, la salud, la familia, los amigos, el trabajo y las aficiones personales que nos proporcionan placer - el erial desaparece y experimentamos una gran alegría en nuestra vida cotidiana.
(Sarah Ban Breathnach)
2 comentarios:
Que razón tienes, si no cuidamos nuestro jardín no somos nada pero no nos olvidemos que para tener un buen jardin primero hay que cultivarlo y dependiendo de la calidad de la tierra y de las semillas que sembremos en él podremos llegar a tener desde un jardin en el que nadie se fije y pase desapercibido hasta un bello jardín en el que todo el mundo quiera entrar a conocerlo y quedarse en él.
Aún en el más bello jardín pueden crecer las malas hierbas, si no cuidamos de arrancarlas pueden acabar ahogándolo, pero hay que tener paciencia y dejar que crezcan, no vayamos a desarraigar las buenas semillas junto con las malas.
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