La joven de la perla

He terminado de leer el libro "La joven de la perla" de Tracy Chevalier. Me ha encantado sumergirme en aquella época de Vermeer, en su pintura, en la forma de ver los colores y mezclarlos y en esa manera de mirar de esta joven criada de los ojos grandes, que parece que lo ve todo, lo intuye todo, incluso a veces lo que se le escapa al maestro.

Una joven muy joven que mira al objetivo, porque el cuadro parecía más una fotografía que un cuadro. Sólo se mira así al objetivo de la cámara. Eso es lo que una fotografía consigue: eternizar la mirada que se dirige a nuestros ojos, que penetra en ellos. No es propio de la pintura. ¿Fué eso, la novedad de esa mirada dentro del cuadro, lo que la convirtió en un icono? Era una virgen laica, una joven curiosa, medio decidida, medio recatada- no enseña el pelo-, detenida en ese punto de la vida en que se empieza a saber. Un punto más allá de la mera intuición. Entran en juego la voluntad y el deseo. La joven por lo pronto sabe mirar.

((Soledad Puértolas, en el prólogo de "La joven de la perla")

La realidad y la ficción se mezclan en la historia de Tracy Chevalier. Una joven entra a servir en casa del pintor holandés Vermeer. A pesar de sus opuestos universos, se establece entre ellos una complicidad que estimula la creatividad del artista y crea un mundo de silencios y miradas que cambia sus vidas y se plasmará en el famoso cuadro...

Ahora quiero ver la película. Aquí dejo el video y algo más.

Griet es una joven de dieciseis años perteneciente a una humilde familia holandesa. Obligada a abandonar su hogar y a trabajar como criada en la casa del pintor Johannes Vermeer, allí entrará en contacto con un mundo de experiencias desconocidas para ella. El maestro Vermeer, misterioso, reservado, rodeado de experiencia y sabiduría, despertará su admiración. La sencillez de Griet, su inocencia, y su intuición para comprender la luz y el color pronto harán que Vermeer se sienta también cautivado por la humilde criada, introduciéndola en el mundo del arte e inmortalizándola como protagonista de uno de los cuadros más fascinantes del autor.

¿El arte imita a la vida? ¿La vida imita a el arte?... En "La joven de la perla" el arte imita a el arte.
"La joven de la perla" es una película que decide negar su naturaleza e intenta ser una pintura, intenta que el espectador la mire como miraría un cuadro y que, consciente de no conseguir esta transformación, se sitúa en un plano intermedio, una mezcla de cine y óleo, que, como toda simbiosis, destaca por sus belleza innovadora.

Vermeer es suave, cálido; íntimo incluso en sus paisajes más amplios, consigue un tono familiar en sus pinturas gracias al exquisito tratamiento de la luz, del color, de las texturas... y, conocedor de esas cualidades, el director (el primerizo Peter Webber) ha querido que "La joven de la perla" sea una película suave, cálida, íntima, sencilla...


"La joven de la perla" es una caricia, un susurro que hay que recibir sin prisas, relajado, dispuesto a degustar hora y media del mejor cine británico de los últimos años. "La joven de la perla" es cine pictórico, inmensa y esencialmente visual, en el que lo que se dice no tiene la mayor importancia porque lo primordial es lo que se siente a través de la vista, lo que la película puede llegar a transmitirte por medio de una mirada, de un gesto... la cantidad de sensaciones que puedas llegar a desarrollar y conseguir viendo la película...