jueves, 28 de enero de 2010
Los regalos
Hoy un cuentecito que saco del libro "Hacia el alma esencial" de Sarah Ban Breathnach:
"Hay una historia que habla de una mujer que pierde al único hijo que tenía y se sentía desconsolada, angustiada y sola. Acudió a Buda para pedirle que la ayudara a curar su alma dolorida. Si no podía ayudarla, seguiría a su hijo a la tumba y renunciaría a su destino. No importaba el karma. No podía, no quería seguir viviendo de aquella manera.
Buda accedió a ayudarla pero le dijo que antes debía traerle una semilla de mostaza de una casa que nunca hubiera conocido el dolor. De modo que la mujer salió en busca de la semilla. Fué de casa en casa por todo el mundo, pero no encontró una sola que no hubiera acogido el dolor como invitado alguna vez. Sin embargo, ya que en cada casa sabían como sufría quisieron darle un regalo para ayudarla a aliviar su angustia. El regalo no podía quitarle el dolor pero la ayudaba a soportarlo.
Cuando la mujer volvió a su hogar, abrió su corazón y mostró a Buda lo que le habían ofrecido:
Aceptación, paciencia, comprensión, gratitud, valor, compasión, esperanza, verdad, empatía, recuerdos, fuerza, cariño, sabiduría y amor.
-Me hicieron esos regalos para ayudarme-dijo.
-¿Para ayudarte? ¿Y como te sientes ahora?. preguntó Buda a la mujer.
-Distinta. Más llena. Cada regalo me reconforta a su manera, fueron tantos que tuve que agrandar mi corazón para cargar con todos y me hacen sentir plena ¿Que es esto que siento tan extraño?
-Dolor- contestó Buda.
-Significa eso que ahora soy como los demás?
-Sí- contestó Buda con suavidad- Ya no estás sola.
Pinturas: Herman Tulp web
Esos son los dones que hay que pedir. No que nos quiten las penas o los problemas, sino el valor, la fuerza, comprensión, sabiduría ...para soportarlos.
"Hay una historia que habla de una mujer que pierde al único hijo que tenía y se sentía desconsolada, angustiada y sola. Acudió a Buda para pedirle que la ayudara a curar su alma dolorida. Si no podía ayudarla, seguiría a su hijo a la tumba y renunciaría a su destino. No importaba el karma. No podía, no quería seguir viviendo de aquella manera.
Buda accedió a ayudarla pero le dijo que antes debía traerle una semilla de mostaza de una casa que nunca hubiera conocido el dolor. De modo que la mujer salió en busca de la semilla. Fué de casa en casa por todo el mundo, pero no encontró una sola que no hubiera acogido el dolor como invitado alguna vez. Sin embargo, ya que en cada casa sabían como sufría quisieron darle un regalo para ayudarla a aliviar su angustia. El regalo no podía quitarle el dolor pero la ayudaba a soportarlo.
Cuando la mujer volvió a su hogar, abrió su corazón y mostró a Buda lo que le habían ofrecido:
Aceptación, paciencia, comprensión, gratitud, valor, compasión, esperanza, verdad, empatía, recuerdos, fuerza, cariño, sabiduría y amor.
-Me hicieron esos regalos para ayudarme-dijo.
-¿Para ayudarte? ¿Y como te sientes ahora?. preguntó Buda a la mujer.
-Distinta. Más llena. Cada regalo me reconforta a su manera, fueron tantos que tuve que agrandar mi corazón para cargar con todos y me hacen sentir plena ¿Que es esto que siento tan extraño?
-Dolor- contestó Buda.
-Significa eso que ahora soy como los demás?
-Sí- contestó Buda con suavidad- Ya no estás sola.
Pinturas: Herman Tulp web
Esos son los dones que hay que pedir. No que nos quiten las penas o los problemas, sino el valor, la fuerza, comprensión, sabiduría ...para soportarlos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario