jueves, 15 de noviembre de 2012
Servir
Sirve el viento,
la nube,
la semilla y
el surco...
y el agua
siempre
inquieta
en su claro reír.
Y es que la naturaleza, tiene
solo un anhelo con que
enjoya los mundos:
Servir...
Servir...
Servir.
¿Qué hay alguien que critica?
¿Y ese otro que destruye?
¿O alguno que maldice?
Sé tú el que construye.
Sé tú el que aparte
la piedra del camino.
El que alivia el rencor
que los ojos enturbiaron
El que siempre realiza
los esfuerzos-que por duros-
otros esquivaron.
Sé de aquellos que dan
¡Que siempre dan!
Ya un consuelo oportuno.
Ya una frase cordial.
O el pan, claro y vital
de tu alegría,
o el pan moreno y grato del trigal...
¡Qué tristeza tan honda
la del mundo si en él
ya no hubiera nada por hacer.
Ni un rosal perfumado
que plantar,
ni un niño que alegrar,
ni empresa que emprender.
El servir es faena
de seres superiores
y tú en cada momento
te debes repetir:
¿A quien servir ahora?
¿Qué puedo hacer por otro,
para darle más ánimo,
para verlo contento
y evitarle sufrir?
Y así serás de aquellos
que oyen la voz de Dios.
Esa voz de silencio
que en la luz de cada día,
perfuma el orbe entero
viniéndote a decir:
"AQUÍ ESTOY, HIJO MIO, APÓYATE EN MIS FUERZAS Y ...¡ AYÚDAME A SERVIR!
Sirve sin esperar nada a cambio.
Sirve siempre aunque no te lo agradezcan.
Sirve siempre sin que nadie se de cuenta.
Sirve siempre y Dios será tu recompensa.
(Gabriela Mistral)
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