Si puedes ver los ojos de otra persona, su profundidad es la profundidad de la persona. Una persona astuta no te permitirá que le mires directamente a los ojos, porque los ojos revelan su astucia.
Los ojos son simplemente una apertura, la persona astuta tiene miedo; siempre mirará de lado. Estará hablando contigo pero mirando a otro lugar; su conversación y su visión no seguirán la misma dirección. Te escuchará pero sus ojos no estarán concentrados en ti. El hombre que quiere engañarte no puede confrontarte directamente.
Sólo una persona simple, una persona sincera, una persona con un corazón amoroso y sin deseos ocultos te permitirá mirarle a los ojos porque sabe que encontrarás su verdad. No tiene nada que ocultar".
Osho, Más allá de la psicología http://osho-maestro.blogspot.com/
El ojo humano es una hermosa obra de arte, pero también una poderosísima herramienta. Con razón llamó Jesucristo al ojo “la lámpara del cuerpo”. Pero ¿qué quiso decir? Él mismo lo aclaró: “Si tu ojo es sencillo [o sincero, enfocado en lo bueno], todo tu cuerpo estará brillante; pero si tu ojo es inicuo, todo tu cuerpo estará oscuro” (Mateo 6:22, 23).
Usando lenguaje figurado, Jesús nos advirtió de la poderosa influencia que ejerce el ojo en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Los buenos pensamientos iluminan nuestra vida, mientras que los malos nos sumen en la oscuridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario