Empieza así:
1. Color del mundo
Millones y millones. En todas las monedas. Eso es lo que nos cuesta
Los sentimientos se deslizan, a veces se refugian en guaridas de amor, pero cuando emergen al aire preso o libre, dan el color del mundo, no del universo inalcanzable sino del mundo chico, el contorno privado en que nos revolvemos.
Gracias a ellos, a los sentimientos, tomamos conciencia de que no somos otros, sino nosotros mismos. Los sentimientos nos otorgan nombre, y con ese nombre somos lo que somos.
Y esto me recuerda a las palabras de John Nash en la pelicula "Una mente maravillosa": Solamente en las misteriosas ecuaciones del amor que alguna razón lógica puede ser encontrada.
Ver entrada "Una mente maravillosa"
Foto Alain Donnat
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