Cuando el padecimiento físico o emocional llega a ese punto máximo, ocurre un bloqueo...
Eso significa que el dolor, cualquiera que éste sea, es soportable para nuestras fuerzas.
El dolor eleva o destruye a la persona.
Un prisionero puede estar en su celda, mirar por la rendija, admirar el cielo, las estrellas y llenarse de ilusión.
Otro, en el calabozo de al lado, puede observar por la ranura el lodo y llenarse de furia.
Alguien puede tener una rosa en sus manos y exclamar:
¡Qué desastre, esta flor está llena de horribles espinas!
Mientras otro dirá:
¿no es increíble que entre estas espinas, haya crecido una bella flor?
Dar el enfoque adecuado a los acontecimientos hará abismales diferencias.
Estamos llamados a ser almas superiores.
Nuestros problemas de hoy, serán nuestros testimonios de mañana.
Somos una obra de arte sin terminar en las manos del Creador.
Estamos en un proceso.
Nadie en la Tierra es un ser perfecto.
Si alguno de ustedes contratara a un gran artista del pincel para que pintara un mural, lo observaría el primer día plasmar rayas y manchas sobre la pared.
El segundo y tercero, seguiría viendo trazos sin sentido ni color.
Si se desesperara, tal vez cuestionaría al artista diciéndole:
¿Es esta la obra de arte, que iba usted a pintar?
¿Donde está el hermoso mural que me prometió?
Entonces, el autor quizá se voltearía para mirarlo de frente y le diría:
¡Espere a que termine!
¿Quiere?
Llevando esta analogía a nuestra existencia, quizá nos sintamos a veces con deseos de reclamarle a Dios y decirle:
¿Por qué murió aquel familiar, por qué permitiste esa enfermedad en mi hogar, ese quebranto
económico, esa ruptura, esa pérdida?
¿Por qué solo rayas, manchas, y trazos sin sentido en mi vida?
Entonces tal vez Dios se gire para mirarnos de frente y nos diga:
¡Espera a que termine!
Somos una obra de arte en sus manos... barro en el torno del alfarero... un mural a medio dibujar.
En ocasiones el Artista decide borrar una línea de nuestra vida y saltamos con enfado reclamándole:
¿por qué lo hiciste?
Era mía, yo estaba encariñado con ella!!!!
Pero no entendemos que era solo una raya guía y que Él necesitaba borrarla, para trazar otra mucho más hermosa y definida en ese lugar...
Cuando ocurren tragedias lo mejor es asumir por fe, la filosofía cristiana de la trascendencia: hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, con el cometido de aprender y madurar, la misión de dejar una huella de amor y servicio, la convicción de que esta vida terrenal es solo un micro fragmento de nuestra existencia eterna y todo cuanto nos ocurre, bueno o malo, a la larga sirve para nuestro crecimiento y edificación.
Autor desconocido
ViT@MiNaS PaRa eL AlmA®
Dra. Gladys Bessi
BS. AS. - ARGENTINA
gla@vitaminasgla.com.ar
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