"El gozo se lleva lejos tu ego,
la desdicha te da un ego muy fuerte.
La desdicha crea el ego
y el gozo lo hace desaparecer.
Cualquier momento de gozo,
y tú te pierdes en él.
El momento de gozo,
no es un momento de ego.
El momento de desdicha
es un momento de ego muy condensado.
Cuando eres desgraciado, tú eres.
Cuando estás lleno de gozo, desapareces.
El gozo tiene tres planos. El primero es lo que llamamos placer. El placer es del cuerpo. El segundo es la felicidad. La felicidad es de la mente. El tercero es el éxtasis. El éxtasis es del espíritu, espiritual.
Pero todos comparten una realidad y esa realidad es el gozo. El gozo traducido al lenguaje del cuerpo es placer. El gozo recibido a través de la mente se convierte en felicidad. El gozo que no es recibido a través de la mente ni del cuerpo; que es recibido sin cuerpo y sin mente, se convierte en éxtasis. Éstos son los tres planos del gozo.
Permanece disponible al gozo de dondequiera que venga. Nunca lo rehúses. No lo condenes.
¿Qué sucede cuando es del cuerpo? Entonces Dios está llamando a tu cuerpo. Cuando estás comiendo y sientes cierto gozo, disfrutas de tu comida, es Dios; te lo estás tragando.
Cuando tomas la mano de una mujer o de un hombre, o de un amigo o de cualquiera, con mucho amor y hay una emoción en la energía de tu cuerpo, una danza, una profunda danza en la energía de tu cuerpo; cuando estás conmocionado, algo como la electricidad vibra, se renueva, te rejuvenece, algo que te hace estar tan vivo como nunca antes lo has estado; es gozo, es Dios viniendo a través del cuerpo.
Escuchando música te sientes inmensamente feliz, es gozo a través de la mente. Mirando una flor sin tocarla y sin juicio, llega un momento en el que hay éxtasis; sutil, silencioso, de una profunda bendición. Todas son diferentes manifestaciones del gozo.
Dondequiera que haya gozo, estará Dios."
La transformació
Imágenes Ada Breedveld y Carole Perret en Allarts Gallery
No hay comentarios:
Publicar un comentario