Y para que eso sea factible escogimos también a nuestros padres, llenos de miedos, dudas, desvalorización y vergüenza. Seres espirituales en una experiencia humana, perfectos para cumplir el trabajo encomendado en nosotros, apagar la intensidad de nuestra LUZ interna.
Nuestro proceso de evolución nos lleva a esto, dejar BRILLAR nuevamente nuestra LUZ. Deshacernos de nuestro EGO, donde están nuestros temores, limitaciones, creencias falsas y bloqueos. Al permitir BRILLAR nuestra propia LUZ irradiamos y contagiamos a otros para hacerlo también.
DEJA BRILLAR TU LUZ
Eres parte de este Universo.
Que juegues a ser pequeño no sirve al mundo.
Nada hay de iluminado en encogerte para que otros no se sientan inseguros con tu presencia.
Todos fuimos hechos para brillar, como brillan los niños.
Nacimos para manifestar la maravillosa perfección del Universo que llevamos dentro.
Esa perfección no está solo en algunos de nosotros, está en todos.
Y al dejar BRILLAR nuestra propia LUZ, inconscientemente damos permiso a otros para hacerlo también.
Al liberarnos de nuestros miedos, nuestra presencia libera automáticamente a otros.
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