Para el Pedro Gaviota que todos somos

Hoy me traigo del blog "Con Claridad" parte de su post "Pasión de volar" basado en uno de mis libros favoritos Juan Salvador Gaviota.

"La nube ignora por qué se desplaza en una determinada dirección, y a una velocidad específica. Siente un impulso... Ese es el rumbo del momento. Pero el cielo conoce las razones y las configuraciones que hay detrás de todas las nubes, y tú también las conocerás cuando te eleves a la altura indispensable para ver más allá de los horizontes."

Las gaviotas vuelan en función de conseguir su alimento. Juan Salvador Gaviota está más interesado en aprender a volar. Planear y dominar las alturas es su sueño. Perseverar en la búsqueda de su libertad le ha significado soledad y la desaprobación de los demás.

En su aventura solitaria cruzó los cielos. Pronto descubrió que no estaba solo. Había una hermandad de los cielos. Juan llega a comprender que sin perdón no hay verdadera libertad.

“A veces nos volvemos locos porque olvidamos que somos diferentes, porque el amor no es una competencia para que cada uno supere la fuerza del otro, sino una cooperación que necesita de esas diferencias”

A modo de conclusión
Los procesos de aprendizaje tienen un costo, y en el trayecto es necesario aligerar la carga dejando atrás las críticas y los rencores para que el perdón y el amor le den un nuevo impulso al vuelo. Esta es la dinámica que permite volver a la “Bandada de la Comida” para compartir generosamente los ideales y también para ayudar a otros a superar sus propias limitaciones.
(Clarissa)

“Muchas personas no temen nada con más espanto que el tomar postura que destaque demasiado y claramente del parecer general. La tendencia de la mayoría es la de adoptar un punto de vista tan ambiguo que lo incluirá todo, y tan popular que incluirá a todo el mundo. Nadie que aspire a ideas altas y nobles las debe esconder bajo una apariencia de aridez por miedo a ser considerados diferentes”.

(Martin Luther King)