martes, 1 de febrero de 2011
La excelente carrera
El apóstol Pablo comparaba la vida con una competencia de atletismo. Se refirió al caso de los corredores, luchadores y boxeadores para ilustrar con habilidad las recompensas del entrenamineto apropiado, los esfuerzos bien dirigidos y el aguante.
Las reglas de los juegos eran muy estrictas. Se castigaba severamente a quien las violaba excluyendolo de los juegos.
¿Qué clase de cosas nos estorbarán en la carrera de la vida?
Una podría ser el deseo de acumular bienes materiales que no necesitamos o mantener un estilo de vida costoso. Algunas personas quizás busquen seguridad en las riquezas o piensen que les traerán felicidad. Pero este peso superfluo puede entorpecer al corredor hasta el punto de que, a la larga, en realidad no le dé mucha importancia a Dios. Otra es nuestro ego, que nos carga con pesos innecesarios, orgullo, vanidad, soberbia, miedos, carencias...y las excesivas distracciones.
Esta es una carrera de fuerza y resistencia que somete a prueba nuestro aguante.
Decía Pablo:
"He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe. De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia" (2Timoteo 4:7,8)
Pablo se entregó con intensidad a su carrera:
"Hermanos, todavía no me considero como si la hubiera asido; pero hay una cosa en cuanto a ello: Olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome hacia adelante a las cosa más allá, prosigo hacia la meta para el premio." (Filipenses 3:8,14)
PODEMOS CONTAR CON LA VICTORIA SI COMPETIMOS RESPETANDO LAS REGLAS, NOS LIBRAMOS DE TODA CARGA INNECESARIA Y CORREMOS CON AGUANTE.
La meta nos incita a seguir adelante, nos infunde gozo, un gozo que renueva nuestras fuerzas y nos hace más fácil el camino que nos queda por recorrer.
"Corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fué puesto delante de él aguantó su madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios" (hebreos 12:1-2)
"El dolor ya no era sufrimirnto, sino el placer de rescatar a la humanidad de sus pecados. El dolor se transfomó en alegría, en el sentido de la vida, en el placer" (Paulo Coelho, Once minutos)
¡Vive con alegría!¡Elimina distracciones!¡Concéntrate!
Como decían en la película "Juego de honor": Sólo hay dos clases de jugadores; los que aguantan la presión y ganan, y los que no"
Las reglas de los juegos eran muy estrictas. Se castigaba severamente a quien las violaba excluyendolo de los juegos.
¿Qué clase de cosas nos estorbarán en la carrera de la vida?
Una podría ser el deseo de acumular bienes materiales que no necesitamos o mantener un estilo de vida costoso. Algunas personas quizás busquen seguridad en las riquezas o piensen que les traerán felicidad. Pero este peso superfluo puede entorpecer al corredor hasta el punto de que, a la larga, en realidad no le dé mucha importancia a Dios. Otra es nuestro ego, que nos carga con pesos innecesarios, orgullo, vanidad, soberbia, miedos, carencias...y las excesivas distracciones.
Esta es una carrera de fuerza y resistencia que somete a prueba nuestro aguante.
Decía Pablo:
"He peleado la excelente pelea, he corrido la carrera hasta terminarla, he observado la fe. De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia" (2Timoteo 4:7,8)
Pablo se entregó con intensidad a su carrera:
"Hermanos, todavía no me considero como si la hubiera asido; pero hay una cosa en cuanto a ello: Olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome hacia adelante a las cosa más allá, prosigo hacia la meta para el premio." (Filipenses 3:8,14)
PODEMOS CONTAR CON LA VICTORIA SI COMPETIMOS RESPETANDO LAS REGLAS, NOS LIBRAMOS DE TODA CARGA INNECESARIA Y CORREMOS CON AGUANTE.
La meta nos incita a seguir adelante, nos infunde gozo, un gozo que renueva nuestras fuerzas y nos hace más fácil el camino que nos queda por recorrer.
"Corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fué puesto delante de él aguantó su madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios" (hebreos 12:1-2)
"El dolor ya no era sufrimirnto, sino el placer de rescatar a la humanidad de sus pecados. El dolor se transfomó en alegría, en el sentido de la vida, en el placer" (Paulo Coelho, Once minutos)
¡Vive con alegría!¡Elimina distracciones!¡Concéntrate!
Como decían en la película "Juego de honor": Sólo hay dos clases de jugadores; los que aguantan la presión y ganan, y los que no"
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