"Le dijo Pedro: Hombre, no sé de qué hablas. Y en áquel momento, estando hablando, cantó un gallo y el Señor se volvió y miró a Pedro...Y Pedro saliendo fuera, rompió a llorar amargamente"

Pero siempre tuve la incómoda sensación de que Él deseaba que le mirara a los ojos, cosa que yo no hacía. Yo le hablaba, pero desviaba mi mirada cuando sentía que Él me estaba mirando.
Yo miraba siempre a otra parte. Y sabía por qué: tenía miedo. Pensaba que en sus ojos iba a encontrar una mirada de reproche por algún pecado del que no me hubiera arrepentido.
Pensaba que en sus ojos iba a descubrir una exigencia; que había algo que Él deseaba de mí.
Al fin, un día, reuní suficiente valor y miré. No había en sus ojos reproche ni exigencia. Sus ojos se limitaban a decir: "Te quiero". Me quedé mirando fijamente durante largo tiempo. Y allí seguía el mismo mensaje: "Te quiero".
Y al igual que Pedro, salí fuera y lloré.
(Anthony de Mello, El canto del pájaro)
5 comentarios:
el siempre está ahi y nunca nos reprochará nada, y aunque a veces parezca que no se entera, o que lo que hace no es justo, todo, todo, tiene su explicación.
A mi nunca me ha defraudado, siempre me ha respondido.
Un abrazo
Pilar
Que linda Pilar!
Si, cuando miramos para atrás las cosas encajan, nada es por azar, aunque a veces nos duela siempre aprendemos algo.
Un abrazo!
Espero que ya estés bien.
Mi gallo ya está ronco... el pobre... de tanto salir a cantar...
(menos mal que sé que Él me quiere)
Besos y sonrisas
Tü nunca dejes de cantar!!!!!
Besotes!! y sonrisas, claro :-))
...y yo también te quiero...
(por si te sirve de algo)
cosquillitas para el alma.
Publicar un comentario