Según una antigua tradición china
todas las personas destinadas a compartir
un vínculo afectivo especial e intenso,
permanecen desde siempre unidas
por un hilo rojo invisible.
El hilo puede tensarse o enredarse,
pero jamás romperse.
Cuenta la leyenda que estas personas
terminan por encontrarse a pesar del tiempo,
del lugar o de las circunstancias.
Zhao Kailin
3 comentarios:
Siento que sí es así...
Es cuestión de destino de almas, de pactos...
La Vida siempre nos trae los seres y las situaciones que el alma necesita, no la mente.
Si me permites, Yamuna, es cuestión de no abandonar la estación, la conciencia, pues el tren volverá a pasar, si es tu tren!
Precioso espacio, Victoria, coincido contigo plenamente en que "a través del arte aprendes a distinguir las pequeñas alegrías de la vida".
Pasaré a menudo a pasear por aquí. Un abrazo!
Yo creo que la pintura naïf de algún modo es un hilo invisible. ¿Acaso no nos sentimos casi cómplices de otros pintores/as ingenuos, como si algo nos uniera, una misma visión del mundo y de la vida?
Esa sensación tuve yo al entrar la primera vez en tu blog...y no cambio de parecer.
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