Dorita ha perdido la paciencia. Cansada ya, ha mandado al descerebrado hombre de paja, al anquilosado hombre de hojalata y al leoncito cobarde, a tomar viento. Y se va, más feliz que una perdiz, con su perrito Totó, al país de las maravillas, en donde Alicia, el conejo blanco y demás amiguetes la esperan para tomar un te.
¡Ya estoy aquíiiiiiiiii!! ¡Tomemos una taza de te!
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