lunes, 4 de junio de 2012
Una de piratas
Levantaré mi casa dentro de un pequeño barco, ligera y acogedora para un solo día. Cada mañana al despertar, mis primeros pensamientos serán: "¿Quiero vivir hoy aquí también?" Y si la respuesta es sí, me plantearé cotidianamente una segunda pregunta: "¿Qué quiero cambiar hoy de mi hogar?"
En las casas eternas, la chimenea se llena de cenizas, las puertas se atascan, las telas se desgastan; en las casas transitorias se llena cada mañana un jarrón con esperanzas de locura, se celebran todos los acontecimientos y urgentemente se pintan las ventanas de azul con cariño cuando se desgastan, porque puede que éste sea el último día para disfrutar de ellas. Lo eterno nos hace cómodos, egoístas e impertinentes; lo transitorio nos hace fuertes, flexibles y luchadores.
Ahora sí que voy a tomar mi café con pan recién horneado.
(Pintar uregntentemente las ventanas de azul, Cristina Torrado)
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4 comentarios:
Hermoso, una oleada de magia.
Cariños.
Gracias Adriana :-)
Cariños
Precioso texto que nos hace valorar cada día como si fuese el último.
Me quedo con lo transitorio,
porque cmo dice nos hace fuertes, flexibles y luchadores.
un beso Victoria.
Si, que lindo...fuertes, flexibles y luchadores.
Gracias Mariola, un besote
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