Conectarse

Otro domingo. Luce el sol, día absolutamente primaveral que no consigue mejorar mi ánimo. ¡Esto no puede ser! Tengo que espabilar.
Me traigo este mensaje que recibí ayer. Un minuto de silencio en Japón. Nos dan un buen ejemplo de aceptación y serenidad.

Este fin de semana tendremos un sol maravilloso, rodeado de un cielo limpio tras las lluvias.

El sol es símbolo de vida, de dar, de fuerza, de energía y también de curación.

Hoy y mañana, enfrente del sol, recibiendo sus rayos reparadores, cada uno de nosotros puede hacer un trabajo de comunión.

Comunión con toda la humanidad, con el mayor respeto, y desde lo más sagrado. Porque cada uno de nosotros tenemos un lugar sagrado dentro, en el que hay una semilla.

Estos hermanos japoneses, en medio de la devastación total a su alrededor, han parado un momento para conectarse con lo superior y para desde allí poder tender la mano a los que no están.

Su postura evoca reverencia, respeto, humildad, aceptación, amor, también sabiduría.

Desde nuestro lugar sagrado, unámonos a ellos.

Nuestra petición es la del antiguo mantram: “que el amor del Ser Divino se derrame por todas partes”.
Joaquin Tamames

"¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso."
(Proverbio 24:10)