martes, 18 de enero de 2011
Chronos y Kairos
A fin de experimentar cierta serenidad durante los días de nuestra vida, debemos descubrir la doble naturaleza del tiempo, que los antiguos griegos llamaban "Chronos" y "Kairos".
Chronos representa relojes, fechas, agendas, gráficos, horarios, "busca", despertadores. Chronos es el aspecto negativo del tiempo. Chronos nos persigue. Chronos es el delirio de grandeza. Es dirigir la maratón de los marines con tacón alto. En Chronos pensamos sólo en nosotros mismos. Chronos es el tiempo del mundo.
Kairos significa lo trascendente, la infinidad, la reverencia, la alegría, la pasión, el amor, lo sagrado. Kairos es tener intimidad con lo real. Kairos es el aspecto positivo del tiempo, Kairos es libertad. En Kairos huimos de las mazmorras del yo. Kairos es bailar un vals de Schubert en la Viena del siglo XIX con tu alma gemela. Kairos es el tiempo del Espíritu.
Existimos en Chronos. Ansiamos hallarnos en Kairos. Esa es nuestra dualidad.
Chronos requiere velocidad para no malgastarlo. Kairos necesita espacio para ser saboreado.
Hacemos en Chronos. En Kairos podemos "ser".
Aunque creamos que no conocemos Kairos, no es cierto: lo conocemos cuando hacemos el amor, cuando meditamos o rezamos, cuando escuchamos embelesados una música o estamos enfrascados en un libro, cuando plantamos bulbos o arrancamos hierbajos, cuando velamos a la cabecera de un niño, cuando leemos los comics del domingo en la cama con nuestros hijos, cuando admiramos una puesta de sol, cuando gozamos de nuestras pasiones. En Kairos conocemos la alegría, vislumbramos la belleza, recordamos lo que significa estar vivas, conectadas de nuevo con nuestra Divinidad.
¿Como podemos sustituir Chronos por Kairos?
-Disminuyendo el ritmo de nuestra vida.
-Concentrándonos en una sola cosa a la vez.
-Haciendo lo que debemos hacer como si fuera lo más importante en aquel momento.
-Fingiendo que disponemos de todo el tiempo del mundo, a fin de que nuestro subconsciente lo asimile y convierta en realidad.
-Concediéndonos el tiempo preciso.
-Tomándonos el tiempo necesario.
Solo lleva un momento cruzar la frontera que separa Chronos de Kairos, pero se requiere un momento. Lo único que pide Kairos es que nos detengamos unos instantes para oír la música de las esferas.
Hoy, incorpórate al baile.
Ahora estás en Kairos.
Texto Sarh Ban Breathnach
Fotografias Elena Kalis
Chronos representa relojes, fechas, agendas, gráficos, horarios, "busca", despertadores. Chronos es el aspecto negativo del tiempo. Chronos nos persigue. Chronos es el delirio de grandeza. Es dirigir la maratón de los marines con tacón alto. En Chronos pensamos sólo en nosotros mismos. Chronos es el tiempo del mundo.
Kairos significa lo trascendente, la infinidad, la reverencia, la alegría, la pasión, el amor, lo sagrado. Kairos es tener intimidad con lo real. Kairos es el aspecto positivo del tiempo, Kairos es libertad. En Kairos huimos de las mazmorras del yo. Kairos es bailar un vals de Schubert en la Viena del siglo XIX con tu alma gemela. Kairos es el tiempo del Espíritu.
Existimos en Chronos. Ansiamos hallarnos en Kairos. Esa es nuestra dualidad.
Chronos requiere velocidad para no malgastarlo. Kairos necesita espacio para ser saboreado.
Hacemos en Chronos. En Kairos podemos "ser".
Aunque creamos que no conocemos Kairos, no es cierto: lo conocemos cuando hacemos el amor, cuando meditamos o rezamos, cuando escuchamos embelesados una música o estamos enfrascados en un libro, cuando plantamos bulbos o arrancamos hierbajos, cuando velamos a la cabecera de un niño, cuando leemos los comics del domingo en la cama con nuestros hijos, cuando admiramos una puesta de sol, cuando gozamos de nuestras pasiones. En Kairos conocemos la alegría, vislumbramos la belleza, recordamos lo que significa estar vivas, conectadas de nuevo con nuestra Divinidad.
¿Como podemos sustituir Chronos por Kairos?
-Disminuyendo el ritmo de nuestra vida.
-Concentrándonos en una sola cosa a la vez.
-Haciendo lo que debemos hacer como si fuera lo más importante en aquel momento.
-Fingiendo que disponemos de todo el tiempo del mundo, a fin de que nuestro subconsciente lo asimile y convierta en realidad.
-Concediéndonos el tiempo preciso.
-Tomándonos el tiempo necesario.
Solo lleva un momento cruzar la frontera que separa Chronos de Kairos, pero se requiere un momento. Lo único que pide Kairos es que nos detengamos unos instantes para oír la música de las esferas.
Hoy, incorpórate al baile.
Ahora estás en Kairos.
Texto Sarh Ban Breathnach
Fotografias Elena Kalis
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