Oxana Zaika
Uno tiene derecho a la alegría. A veces es humo o niebla o es celaje. Pero detrás de esas demoras ella está, esperando. Siempre hay una hendija del alma por donde la alegría asoma sus espabiladas pupilas. Entonces el corazón se vuelve más vivaz, se extrae de su quietud y es casi pájaro.
La alegría sobreviene después de ausencias, al fin de las nostalgias. Si uno se reencuentra con lo amado y su revelación unánime, es lógico, que el gozo nos abrace y a uno le vienen ganas de cantar. Aunque no tenga voz, aunque esté ronco de pasadas angustias.
Después de todo la alegría es un préstamo, no nos pertenece. Es una locurita, un premio pasajero, pero lo disfrutamos como si fuera propia, como un lucro, como una primavera de la vida.
Ella se aferra al tiempo, arrastra su poquito de infancia y se mete soplando en la vejez.
Semana tras semana, año tras año, la alegría va llenando vacíos. Hasta que no puede más y se vuelve tristeza. (Mario Benedetti)
Bueno, pues que aguante un poquito más, que yo no quiero tristezas. Por ahora sigo con mi locurita....ya veremos mañana... ahora, sonrio.
El caso es intentarlo ¿no? :-)))
Aquí el original. Que quieres que te diga, yo los veo a los dos con la misma pasión y entusiasmo.
Que sentimiento...
Que sentimiento (soy música ahora)
Ver para creer (soy ritmo ahora)
Las imágenes cobran vida
Tu puedes bailar a través de tu vida
Que sentimiento (realmente puedo tenerlo todo)
Tenerlo todo...
2 comentarios:
Sonrío contigo, que no falte nunca una sonrisa.
Y un abrazo.
Eso, que no falte.
Un abrazo Maria!
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