domingo, 1 de agosto de 2010
Aquí no hay playa
Hoy nos vamos a las islas griegas a disfrutar un poco el verano con Jean Pierre Lorand. Aquí el tiempo no acompaña. Hoy no hay playa.
"La vida es una celebración. No tiene propósito, no va para ninguna parte. Es un juego. No la tomes en serio porque corres el riesgo de perdértela. Sé sincero, no serio. La sinceridad es una cosa y la seriedad es otra. La seriedad lleva a pensar en metas, medios y fines, recursos y logros, y engendra ambición. La seriedad es ambición y es una enfermedad. Es probable que hayas apartado tu atención de este mundo, pero tu mente ambiciosa ya está pensando en el otro. La seriedad no es religiosidad. El hombre serio se convierte inmediatamente en filósofo y se dedica a pensar. La seriedad es cosa de la cabeza. Por eso, las personas serias y pensadoras adquieren una fisonomía adusta. Olvidan reír, no pueden sonreír, no pueden jugar porque siempre están pensando en lo que deben lograr. Convierten la vida en un medio, cuando la vida misma es la meta.
La persona sincera es totalmente diferente. La sinceridad es cosa del corazón. La persona sincera es veraz, pero no es seria. Siempre está en la búsqueda, pero sin querer llegar a una meta. Busca de la misma manera que un niño busca las cosas: si las encuentra, perfecto; si no, no importa. Un niño corre detrás de un perro y en la mitad del camino se encuentra con una mariposa, y cambia inmediatamente de rumbo. Mientras persigue la mariposa, ve una flor y olvida la mariposa para fijar toda la atención en la flor. No es serio, pero es sincero. Se entrega totalmente a todo lo que llama su atención. Esa es la sinceridad. Olvidar a la mariposa y al perro para centrar toda la atención en la flor. La capacidad de prestar atención total es sinceridad. Pero cuando se presta atención, solamente como recurso para lograr algo, es sólo una estratagema para alcanzar una meta. Es explotación; es explotar el camino para llegar a la meta. Para el niño, el camino es la meta. Lo mismo sucede con la persona religiosa, cuyo camino es la meta.
Donde quiera que estoy es mi meta.
Lo que quiera que soy es mi meta.
En el momento presente, toda mi vida converge en mí; no tengo otro lugar a donde ir. Por consiguiente, debo celebrar este momento en su totalidad".
Osho, La armonía oculta. Conversaciones sobre Heráclito
"La vida es una celebración. No tiene propósito, no va para ninguna parte. Es un juego. No la tomes en serio porque corres el riesgo de perdértela. Sé sincero, no serio. La sinceridad es una cosa y la seriedad es otra. La seriedad lleva a pensar en metas, medios y fines, recursos y logros, y engendra ambición. La seriedad es ambición y es una enfermedad. Es probable que hayas apartado tu atención de este mundo, pero tu mente ambiciosa ya está pensando en el otro. La seriedad no es religiosidad. El hombre serio se convierte inmediatamente en filósofo y se dedica a pensar. La seriedad es cosa de la cabeza. Por eso, las personas serias y pensadoras adquieren una fisonomía adusta. Olvidan reír, no pueden sonreír, no pueden jugar porque siempre están pensando en lo que deben lograr. Convierten la vida en un medio, cuando la vida misma es la meta.
La persona sincera es totalmente diferente. La sinceridad es cosa del corazón. La persona sincera es veraz, pero no es seria. Siempre está en la búsqueda, pero sin querer llegar a una meta. Busca de la misma manera que un niño busca las cosas: si las encuentra, perfecto; si no, no importa. Un niño corre detrás de un perro y en la mitad del camino se encuentra con una mariposa, y cambia inmediatamente de rumbo. Mientras persigue la mariposa, ve una flor y olvida la mariposa para fijar toda la atención en la flor. No es serio, pero es sincero. Se entrega totalmente a todo lo que llama su atención. Esa es la sinceridad. Olvidar a la mariposa y al perro para centrar toda la atención en la flor. La capacidad de prestar atención total es sinceridad. Pero cuando se presta atención, solamente como recurso para lograr algo, es sólo una estratagema para alcanzar una meta. Es explotación; es explotar el camino para llegar a la meta. Para el niño, el camino es la meta. Lo mismo sucede con la persona religiosa, cuyo camino es la meta.
Donde quiera que estoy es mi meta.
Lo que quiera que soy es mi meta.
En el momento presente, toda mi vida converge en mí; no tengo otro lugar a donde ir. Por consiguiente, debo celebrar este momento en su totalidad".
Osho, La armonía oculta. Conversaciones sobre Heráclito
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4 comentarios:
Me encanta Osho y este escrito es divino. Nunca me han gustado los "serios", los que no saben disfrutar de la vida, los que se quejan de todo.
La vida es bella!!!
Besos
De Osho no te diré nada porque lo leo casi todos los días, es como si escuchara a mi amigo más sabio.
Pero quiero decirte que las pinturas elegidas son bellísimas: de una total pulcritud en lo técnico y de una alegría por la vida en el espíritu que transmiten, que me han encantado.
Le pasaré la imagen de la sirena que atrapa al marino a mi amiga Ana Mermaid, no puedo resistir la tentación de hacerle ese regalo.
Gracias Victoria, aquí tampoco hay playa, estamos casi en bajo cero.
BESOSSSSS!!!!y GRACIAS!!!!!!
Pues sí: Graciela me pasó esa preciosa pintura, y yo tampoco me voy a resistir a trasladarla a mi particular museo marino. Ya le he dado las gracias y le he confesado que, en efecto, compruebo algunas semejanas entre esa sirena tan cariñosa y yo misma.
Gracias a ti también por este descubrimiento.
En cuanto al texto de Osho que has escogido, me parece uno de esos que deberían formar parte de nuestra "Biblia", y ser releído a diario.
Gracias doblemente.
GRACIAS A TODAS!!!
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