lunes, 23 de abril de 2012
Sigue tu estrella
Felices quienes contemplan en las noches serenas alguna estrella diferente que dé sentido a su vida y lo apuesten todo por seguirla.
Felices quienes se enfrentan en el desierto de la vida a lo desconocido, a las fieras que intentan devorarlos, a los propios miedos, al deseo de volver atrás.
Felices quienes llevan bien aferrado en su corazón el mayor regalo que piensan gozar y ofrecer cuando, en el momento oportuno, lleguen a su preciado destino.
Felices quienes miran más allá de las dificultades, de los sufrimientos y de las alegrías, y prosiguen desde lo concreto, paso a paso, su propio camino.
Felices quienes no creen en apariciones ni escuchan voces de lo alto, sino que descubren la epifanía profunda del misterio en las personas y hechos diarios de la vida.
Felices quienes llegan al destino de su viaje para adorar a Dios en la sencillez, solidaridad y pobreza de los más vulnerables de la historia.
Felices aquellos a quienes Dios les revela, en los detalles más nimios de la existencia, los mayores misterios que les conducirán a su más profunda humanidad.
Felices quienes declaran festivos los días en los que reciben las manifestaciones de la presencia de Dios cuando hay signos de paz, de solidaridad y de amor.
(Oscana- Venezuela)
Vitaminas para el alma
Imagen Vera Paovlova
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2 comentarios:
que texto mas hermoso, le agrego: Amen!!
beso grande amiga, me deleito viniendo a leerte
Me alegro!
Un beso grande Betty!
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