viernes, 22 de abril de 2011
La quietud en el movimiento
Hoy vuelvo a traer a Sema Çulam. Belleza, serenidad; la quietud en el movimiento.
Me recuerda al "diario del movimiento del mundo" de Paloma en el libro "La elegancia del erizo".
"Yo me refiero a la belleza en el mundo, algo que puede elevarnos en el movimiento de la vida. El diario del movimiento del mundo lo dedicaré pues, al movimiento de la gente, de los cuerpos, o, incluso, si de verdad no hay nada más que decir, de las cosas, y encontrar en ello algo lo bastante estético como para darle valor a mi vida. Gracia, belleza armonía, intensidad. "
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"Lo que hace la fuerza del soldado no es la energía que emplea en intimidar a su adversario enviándole un montón de señales, sino la fuerza que es capaz de concentrar en sí mismo, centrándose en sí, sin salir de sí mismo. El jugador maorí se convertía en un árbol, un gran roble indestructible con raices profundas, que irradiaba una fuerza poderosa, de la que todo el mundo era consciente. Y sin embargo, uno tenía la certeza de que ese gran roble también podía echar a volar, que iba a ser tan rápido como el viento, a pesar de o gracias a su grandes raices."
(La elegancia del erizo, Muriel Barbery)
Ella sabe, como nadie, ver esa quietud en el movimiento de la vida.
Me recuerda al "diario del movimiento del mundo" de Paloma en el libro "La elegancia del erizo".
"Yo me refiero a la belleza en el mundo, algo que puede elevarnos en el movimiento de la vida. El diario del movimiento del mundo lo dedicaré pues, al movimiento de la gente, de los cuerpos, o, incluso, si de verdad no hay nada más que decir, de las cosas, y encontrar en ello algo lo bastante estético como para darle valor a mi vida. Gracia, belleza armonía, intensidad. "
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"Lo que hace la fuerza del soldado no es la energía que emplea en intimidar a su adversario enviándole un montón de señales, sino la fuerza que es capaz de concentrar en sí mismo, centrándose en sí, sin salir de sí mismo. El jugador maorí se convertía en un árbol, un gran roble indestructible con raices profundas, que irradiaba una fuerza poderosa, de la que todo el mundo era consciente. Y sin embargo, uno tenía la certeza de que ese gran roble también podía echar a volar, que iba a ser tan rápido como el viento, a pesar de o gracias a su grandes raices."
(La elegancia del erizo, Muriel Barbery)
Ella sabe, como nadie, ver esa quietud en el movimiento de la vida.
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2 comentarios:
Sempre bellissimi i dipinti di Sema! Tanti auguri di buona Pasqua, cara Victoria!
Bellisima!
Tanti auguri di buona Pascua Alessandra!
besos
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