Chocolat

Hoy siento la tremenda necesidad de algo dulce y que mejor que el chocolate para endulzar un poco la vida. Aquí me traigo este bombón. ¡Dulce tentación!



Uno de los grandes aciertos de "Chocolat" es su espléndido retrato de cada personaje. Cada uno se nos hace tiernamente humano y nos regala un trocito de vida. Todos llevan consigo cachitos de filosofía que llenan de emoción cada fotograma, cada secuencia.

Así, nos encontramos con una película deliciosa, una gozada para nuestros sentidos, que nos enseña los valores del optimismo, la alegría y, ante todo, la tolerancia. Tampoco tiene pelos en la lengua a la hora de criticar la manipulación desde aquellos personajes aparentemente carismáticos y lo absurdo de la autoflagelación. Además, nos regala un muy cuidado sentido del humor que, finalmente, opta por no desaparecer tras un ingenioso amago de tragedia que no rompe la amabilidad del filme pero aporta una necesario dramatismo.

"Siempre he adorado el chocolate, pero en Chocolat este alimento se convierte en mucho más que en un simple manjar dulce. Deviene un gesto hacia los otros o hacia uno mismo, una especie de acción reconfortante. Se trata de un maravilloso símbolo en el intercambio de sentimientos y cualidades --emociones, honestidad, afecto-- entre la gente" --opina Binoche.