No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía sí pueden cambiar el mundo.

Fe

Confío confío confío

No te detengas en la duda ni el temor, tampoco en la culpa ni en la autorrecriminación, reside en el esplendor permanente con la seguridad de que eres muy amado.

Siempre eres Uno con Dios, Siempre eres bienvenido a casa. Porque tu hogar es Mi corazón y Mío es el tuyo.

Esperanza


La esperanza le pertenece a la vida, es la misma vida defendiéndose.
(Julio Cortazar)

Amor


La esperanza es esa cosa alada que se posa en el alma y canta la melodía sin palabras que nunca cesa.
(Emily Dickinson
)

Nada nos detiene

Nada nos detiene
Nunca encontraras un arco iris si estas mirando hacia abajo" Charles Chaplin

El amor no es un camino. Te trae de regreso a tu hogar. El amor es tu hogar.
(Sri Sri Shankar)

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Frases

viernes, 6 de enero de 2012

Han vuelto

Han vuelto las gaviotas a anidar en sus tejados. No alborotan. Tranquilas, observan.

Con el paso de los días, Juan se sorprendió pensando una y otra vez en la Tierra de la que había venido.

Si hubiese sabido allí una décima, una centésima parte de lo que ahora sabía, ¡cuánto más significado habría tenido entonces la vida! Quedose allí en la arena y empezó a preguntarse si habría una gaviota allá abajo que estuviese esforzándose por romper sus limitaciones, por entender el significado del vuelo más allá de una manera de trasladarse para conseguir unas migajas caídas de un bote. Quizás hasta hubiera un Exiliado por haber dicho la verdad ante la Bandada.

Y mientras más practicaba Juan sus lecciones de bondad, y mientras más trabajaba para conocer la naturaleza del amor, más deseaba volver a la Tierra.

Porque, a pesar de su pasado solitario, Juan Gaviota había nacido para ser instructor, y su
manera de demostrar el amor era compartir algo de la verdad que había visto, con alguna gaviota que estuviese pidiendo sólo una oportunidad de ver la verdad por sí misma.

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Rafael, adepto ahora a los vuelos a la velocidad del pensamiento y a ayudar a otros a que la aprendieran, dudaba.

-Juan, fuiste Exiliado una vez ¿Por qué piensas que alguna gaviota de tu pasado va a escucharte ahora? Ya sabes el refrán y es verdad: Gaviota que ve lejos, vuela alto.

Esas gaviotas de donde has venido se lo pasan en tierra, graznando y luchando entre ellas. Están a mil kilómetros del cielo. ¡Y tú dices que quieres mostrarles el cielo desde donde están paradas! ¡Juan, ni siquiera pueden ver los extremos de sus propias alas!

Quédate aquí. Ayuda a las gaviotas novicias de aquí, que están bastante avanzadas como para comprender lo que tienes que decirles.

Se quedó callado un momento, y luego dijo:

-¿Qué habría pasado si Chiang hubiese vuelto a sus antiguos mundos? ¿Dónde estarías tú ahora?

El último punto era el decisivo, y Rafael tenía razón. Gaviota que ve lejos, vuela alto.

Juan se quedó y trabajó con los novicios que iban llegando, todos muy listos y rápidos en sus deberes. Pero volviole el viejo recuerdo, y no podía dejar de pensar en que a lo mejor había una o dos gaviotas allá en la Tierra que también podrían aprender. ¡Cuánto más habría sabido ahora si Chiang le hubiese ayudado cuando era un Exilado!

-Rafa- tengo que volver- dijo por fin- tus alumnos van bien. Te podrían incluso ayudar con los nuevos.

Rafael suspiró, pero prefirió no discutir- Creo que te echaré de menos, Juan- fue todo lo que dijo.

-¡Rafa, que vergüenza!- dijo Juan reprochándole- ¡No seas necio! ¿Qué intentamos practicar todos los días? ¡Si nuestra amistad depende de cosas como el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra hermandad!

Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un Aquí. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un Ahora. Y entre el Aquí y el Ahora ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?

Rafael Gaviota tuvo que soltar una carcajada.

-Está hecho un pájaro loco- dijo tiernamente- Si hay alguien que pueda mostrarles a uno en la Tierra cómo ver a mil millas de distancia, ese será Juan Salvador Gaviota. Quedose mirando la arena-: Adiós Juan, amigo mío.

-Adiós Rafa. Nos volveremos a ver.

Y con esto, Juan evocó en su pensamiento la imagen de las grandes bandadas de gaviotas en la orilla de otros tiempos, y supo, con experimentada facilidad, que ya no era sólo hueso y
plumas, sino una perfecta idea de libertad y vuelo, sin limitación alguna.

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Es extraño. Las gaviotas que desprecian la perfección por el gusto de viajar, no llegan a ninguna parte; y lo hacen lentamente. Las que se olvidan de viajar para alcanzar la perfección, llegan a todas partes, y al instante. Recuerda Juan, el cielo no es un lugar ni un tiempo, porque el lugar y el tiempo poco significan. El cielo consiste en... alcanzar la perfección.

Empezarás a palpar el cielo, Juan, en el momento en que palpes la perfecta velocidad. Y esto no es volar a mil kilómetros por hora, ni a un millón, ni a la velocidad de la luz. Porque cualquier número es ya un límite, y la perfección no tiene límites. La perfecta velocidad, hijo mío, es estar allí.

¡Pero si es verdad!¡Soy una gaviota perfecta y sin limitaciones! Y se estremeció de alegría!

**********************Pedro Pablo Gaviota, ¿tanto quieres volar que perdonarás a la Bandada, y aprenderás para ayudarles a comprender?

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