No es con rebelión y discordia
como se pule el espejo del corazón,
liberándolo de la herrumbre
de la hipocresía e incredulidad.
Tu espejo es pulido por tu certeza:
por la pureza sin aleación de tu fe.
Libérate de las cadenas que has forjado a tu alrededor;
Pues serás libre cuando estés libre de la arcilla.
El cuerpo es oscuro, el corazón brilla radiante;
El cuerpo es mero abono, el corazón es un jardín florido.
Haim Sanai, El jardín amurallado de la verdad
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