La gente cree que depende de lo que ocurre para su felicidad, es decir, que depende de la forma. Ellos no se dan cuenta de que lo que ocurre es lo más inestable del universo. Cambia constantemente. Miran el momento presente como si estuviera dañado por algo que ha ocurrido y no debió ocurrir, o como si fuera deficiente por algo que no ha ocurrido y debió ocurrir. Y así pierden la perfección más profunda que es inherente a la vida misma, una perfección que está siempre aquí, que está más allá de lo que está ocurriendo o no, más allá de la forma.
Recibido de Grace, el camino del corazón
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