Cuando enfrentamos nuestros temores descubrimos cuán insignificantes son en realidad y les quitamos para siempre el poder que tienen sobre nosotros.
Pero para hacer esto, debemos tener un deseo real de transformarlos.
Para tener ese deseo verdadero, el temor a no cambiar tiene que volverse más grande que el temor a hacerlo.
Toma un paso hacia delante para enfrentar tu miedo el día de hoy. Si es temor a volar, siente el dolor que no volar te causa. Si tienes temor al rechazo romántico, siente el dolor de no tener amor.
Cuando comiences a sentir el dolor de permanecer igual construirás tu deseo de enfrentar tu temor.
No lo aplaces otro día más
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Un pasito más....¡Ya estoy pintando!!
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