No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía sí pueden cambiar el mundo.

Fe

Confío confío confío

No te detengas en la duda ni el temor, tampoco en la culpa ni en la autorrecriminación, reside en el esplendor permanente con la seguridad de que eres muy amado.

Siempre eres Uno con Dios, Siempre eres bienvenido a casa. Porque tu hogar es Mi corazón y Mío es el tuyo.

Esperanza


La esperanza le pertenece a la vida, es la misma vida defendiéndose.
(Julio Cortazar)

Amor


La esperanza es esa cosa alada que se posa en el alma y canta la melodía sin palabras que nunca cesa.
(Emily Dickinson
)

Nada nos detiene

Nada nos detiene
Nunca encontraras un arco iris si estas mirando hacia abajo" Charles Chaplin

El amor no es un camino. Te trae de regreso a tu hogar. El amor es tu hogar.
(Sri Sri Shankar)

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Frases

domingo, 13 de octubre de 2013

- ¿Puedes darme esa respuesta ahora?- le preguntó el hombre.

-Supongo que ya deben de haberte contado el encuentro entre san Sabino y Ahab.

-Claro. El santo fue a ver a Ahab, conversó con él y, al final, el árabe se convirtió poque se percató de que el coraje del santo era mucho mayor que el suyo.

- Sí. Pero antes de irse a dormir volvieron a charlar un rato, a pesar de que Ahab se había puesto a afilar su puñal en cuanto san Sabino había puesto los pies en su casa. Convencido de que el mundo era un reflejo de sí mismo, decidió desafiarle, y le preguntó:

"- Si ahora entrase la prostituta más bellas que ronda por el pueblo, ¿te sería posible pensar que no es bella y seductora?

"-No. Pero conseguiría controlarme- respondió el santo.

"-Si te ofreciera muchas monedas de oro para que dejaras la montaña y te unieras a nosotros, ¿te sería posible mirarlas como si fueran piedras?

"-No. Pero conseguiría controlarme.

"Si vinieran a verte dos hermanos, uno que te detesta y otro que te considera un santo, ¿te sería posible pensar que los dos son iguales?

"-Aunque me hiciera sufrir; conseguiría controlarme y los trataría a los dos de la misma manera.

Chantal hizo una pausa.

El extranjero no necesitaba que Chantal le contara el resto de la historia; Sabino y Ahab tenían los mismos instintos; el Bien y el Mal luchaban por ellos, como luchaban por todas las almas de la Tierra. Cuando Ahab comprendió que Sabino era igual que él, también comprendió que él era igual a Sabino.

Todo era cuestión de control. Y de elección.

Nada más.

(El demonio y la señorita Prym, Paulo Coelho)

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