Mi paz

Se respira tanta paz. En este bendito silencio, con un sol de verano tardío, el canto de algún gorrioncillo que ha vuelto a pasear por mi ventana, este calorcillo que calienta mi cuerpo dolorido por las tensiones y el esfuerzo de la semana, acariciándolo y relajándolo como un suave masaje.
¡Cómo me ha costado desembarazarme de este nuevo obstáculo en mi camino!
Me desequilibra, me hace tambalear. Pero superado ya, vuelvo a mi paz.

"Al entrar en la casa, saludénla; y si la casa lo merece, venga sobre ella la paz que le desean; pero si no lo merece, vuelva sobre ustedes la paz de ustedes" (Mateo 10:12,13)

"Pues el que quiera amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo, y sus labios de hablar engaño, antes bien, apártense de lo que es malo y haga lo que es bueno, busque la paz y siga tras ella.

Porque los ojos de Jehová están sobre los justos y sus oídos están hacia su ruego, pero el rostro de Jehová está contra los que hacen cosas malas."
(1Pedro:3:10-12)